Un joven de 19 años, vecino de Lanús, orquestó, junto a seis cómplices, un falso secuestro que protagonizaron tanto él como su novia, de 17 años, donde se pedía 500 mil dólares como medio de “liberación”.

El hecho ocurrió el martes cerca de las 12 del mediodía, cuando Santino De Gregorio y su pareja estaban a punto de tomar un Uber para ir al shopping Alto Avellaneda. Sin embargo, el hombre canceló el viaje sin que la mujer lo supiera para luego pedir otro coche (un Volkswagen Suran gris), pero éste era conducido por personas conocidas. A mitad del traslado, dos personas salieron del baúl del coche capturando a la pareja. 

Pasado un tiempo del supuesto secuestro, la banda llamó a la familia de la chica buscando una negociación para liberarlos, que finalizó en un acuerdo por 500 mil dólares. Una vez confirmado el pago, los dos fueron liberados en Guernica, en las calles Brasil y Testa, del partido de Presidente Perón.

Tras una investigación que lideró el fiscal federal de Lomas de Zamora Sergio Mola durante poco más de un mes, se descubrió el plan y detuvieron a cinco de los siete integrantes del grupo, incluido el joven que entregó a su propia novia.

Con el avance del análisis comenzaron a aparecer detalles que no cerraban, pues tras entrevistarse con las víctimas, los investigadores notaron que no se trataba de un secuestro normal. De acuerdo con las fuentes consultadas por este medio, por ejemplo, resultó atípica la manera en la que los jóvenes fueron abordados.

No fue lo único, ya que los tiempos y la forma de comunicación entre los secuestradores fue prácticamente nula, dado que le pedían a la chica que llamara a su madre para que les dijera cómo iba la negociación, qué cantidad de dinero habían reunido y si ya la había entregado o no. Eran poco profesionales en comparación con otras organizaciones delictivas que se dedican a esta actividad.

Otro detalle que levantó sospechas, especialmente sobre De Gregorio, fue que, su novia dijo en la declaración que en medio del secuestro él le empezó a sacar información de dónde estaba la plata de una operación inmobiliaria que llevaba adelante su familia. Esa pauta le llamó la atención a la joven. Además, contó que cuando el falso Uber llegó a buscarlos, les tocó bocina, cuando la costumbre en este tipo de servicios es que el chofer le avise al usuario a través de la aplicación.

A partir del relato de cómo fue el falso secuestro, los investigadores comenzaron a relevar las cámaras de seguridad de la zona, en las que observaron que la Volkswagen Suran gris tenía una patente que correspondía a una camioneta negra del mismo modelo. Después descubrieron que las chapas habían sido robadas a una Suran de la localidad de Burzaco, en Almirante Brown.

Además, se trabajó en el entrecruzamiento de llamadas y de las antenas de los celulares usados por los captores, lo que permitió establecer no sólo que el novio de la chica era parte de la banda sino la identificación del resto de los integrantes. 

Desde la empresa Uber, además, confirmaron al fiscal Mola que el novio pidió un auto ese martes y que él mismo lo canceló a los cinco minutos.

Con el aval del juez Federal de Lomas de Zamora, Ernesto Kreplak, se libraron 10 órdenes de allanamientos en distintos domicilios del conurbano bonaerense y siete órdenes de captura, en las que detuvieron al novio de la chica -acusado de ser el entregador- como así a cuatro delincuentes más.

En los allanamientos se incautaron el VW Suran utilizado en el secuestro, 1.400 dólares, 536.500 pesos, un DVR, nueve teléfonos celulares (incluyendo uno utilizado en el hecho), entre otros objetos relevantes para la investigación. 

Las autoridades, por lo pronto, continúan las labores para detener a los prófugos restantes, mientras que los cinco detenidos quedaron acusados del delito de secuestro extorsivo.