Una beba de apenas un mes de vida fue salvada por personal de los Bomberos Voluntarios de Lanús Oeste cuando se estaba ahogando y su familia la llevó a esa institución ante la desesperación.

El encargado de realizar el procedimiento de salvataje fue Ezequiel Moyano, quien aplicó la maniobra Heimlich y evitó que la niña muriera.

“El primer paso fue muy complicado porque no sabíamos con lo que nos íbamos a encontrar cuando llega la familia”, señaló el bombero en diálogo con Info al Sur.

Y especificó el momento vivido durante la noche del lunes, en plena emergencia. “Me dio la nena el tío. Primero me fijé cómo estaba y la vi un poco morada. Decidí entonces lo que es la maniobra de Heimlich y se empezó a trabajar en eso”, comentó.

Y añadió, en relación a todo lo que fue haciendo el equipo al unísono: “A la vez un par de mis compañeros estaban conteniendo a la familia y el resto estaba llamando al cuartel central y al Servicio de Emergencia de Lanús. Fue todo muy rápido, y en dos minutos llegó la ambulancia. Ya para ese momento la nena estaba respirando más fluido, ya casi normal”.

Sobre qué fue lo que pasó por su cabeza en ese instante, Moyano puntualizó: “En ese momento se piensa de todo, pero especialmente que no fueron en vano las horas invertidas en lo que es la capacitación. La verdad que agradezco a esta institución que me brindó la capacitación”.

En torno a la familia, y cómo siguió la recuperación de la niña, afirmó: “Ellos están muy agradecidos, muy conformes con lo que hicimos. Nos confiaron una bebé, con todo lo que eso implica”. Y siguió: “Nosotros no somos médicos y no tenemos un estudio sobre eso, pero se pudo hacer y gracias a Dios salió bien”.

“En Emergencias dijeron que la nena estaba bien, con todos los signos vitales como corresponde, y le dieron el alta. Y al otro día su mamá la llevó al pediatra de cabecera y está todo en orden”.

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Desde Córdoba

Moyano es cordobés, oriundo de La Cumbre, donde empezó su vocación como bombero. Lo relató así: “Allá fui bombero más de 10 años, de 2003 a 2014, cuando ya me vine a Buenos Aires. Y me hice bombero  para ayudar en los incendios forestales, que desató mi pasión por esto”.

Acá en el conurbano bonaerense recaló y, si bien su trabajo es el de manejar el colectivo de la Línea 266, en Lomas de Zamora, su pasión por el salvataje se mantiene. Por eso se asomó al destacamento de Lanús Oeste, que lo recibió con los brazos abiertos ya está hace más de 10 años y hoy lo tiene como héroe, como todos sus colegas.