El 19 de agosto de 2016, la vida de la hoy concejal de Juntos Claudia Serapio, y su familia, cambió para siempre. Ese día, su hijo Nicolás Gambini, de tan sólo 24 años, fue asesinado mientras regresaba a su hogar.

Ocho años después, Claudia comparte una carta abierta en la que expresa el dolor y la frustración que la acompañan desde entonces.

En medio de este escenario de violencia que sacude a Lanús, el mensaje adquiere un significado aún más profundo, pues sigue clamando por justicia no sólo para su hijo, sino para todas las víctimas de la inseguridad en el distrito.

"Son incontables los chicos y las chicas, que, como Nico, se fueron desde entonces en iguales condiciones", escribe con dolor, reflejando la tragedia compartida por muchas familias que han perdido a sus seres queridos de manera violenta.

"Nuestras vidas cambiaron para siempre. Ocho años pasatron del trágico asesinato de Nicolás, y el dolor sigue siendo tan intenso como el primer día”, comienza la carta.

Y confiesa que, en aquel momento, ella y su familia creyeron que el brutal asesinato de su hijo sería un punto de quiebre, un hecho tan desgarrador que obligaría a las autoridades y a la sociedad a cambiar. Pero hoy "lamentablemente",  señala, fue un pensamiento ingenuo.

"Los asesinos de Nicolás, beneficiados en diversas ocasiones, continúan lastimando a otras personas, y la inseguridad sigue siendo una amenaza constante”, indica.

En su misiva denuncia una realidad, la impunidad con la que operan los delincuentes y la falta de justicia para las víctimas. "Son incontables los chicos y las chicas, que como Nico, se fueron desde entonces en iguales condiciones", resalta.

Estas palabras reflejan el dolor de una madre que no sólo ha perdido a su hijo, sino que también ha visto cómo otros jóvenes fueron asesinados de forma similar sin obtener respuestas.

Para Claudia, la raíz del problema es una gran parte de la justicia está "manchada", y los responsables de velar por la seguridad de los vecinos de Lanus fallan en sus responsabilidades. "Los culpables de ayer, siguen hoy en la calle, decidiendo qué hacer con nuestras vidas", denuncia, apuntando a un sistema que, "en lugar de proteger a los inocentes, parece beneficiar a los criminales”.

A pesar de la desesperanza, su carta es un pedido a toda la sociedad para que siga exigiendo seguridad y justicia, "no sólo por Nico, sino por todos aquellos que, como él, ya no están”. "Mañana podes ser vos o uno de los tuyos", advierte, recordándonos que la inseguridad es un problema que afecta a todos y que nadie está exento de convertirse en una víctima.

Nicolas Gambini fue asesinado cuando venía de la Universidad de Lanús, donde estudiaba, a media cuadra de su casa, en Esquiu y Aguilar, por dos motochorros para robarle el celular.

La carta:

Hoy hace 8 años que nuestras vidas cambiaron para siempre. 8 años en los que pensamos que con lo que nos había pasado todo iba a cambiar, que iba a haber un punto de quiebre y nunca más volvería a pasar algo así. Pero lamentablemente pecamos de ingenuos y hoy, como aquel día, nos sigue doliendo la partida de Nico en manos de dos asesinos, que muchas veces beneficiados, siguieron lastimando a otras personas.

Son incontables los chicos y las chicas que, como Nico, se fueron desde entonces en iguales condiciones. Son incontables las familias que aún, como nosotros, piden justicia. Y desgraciadamente, son incontables los asesinos y delincuentes que siguen andando por ahí, al acecho de algún jubilado, trabajador, estudiante o quien sea que esté disponible. 

Son muchos los hijos de puta a los que no les importamos nada, porque todos sabemos que una gran parte de la Justicia está manchada con todo esto. Porque los culpables de ayer, siguen hoy en la calle, decidiendo qué hacer con nuestras vidas, y los que tienen que cuidarnos también deciden pero de qué lado están. Y lamentablemente sabemos, que con sus políticas románticas, nunca van a elegir al ser humano de bien: a vos o a todos "los Nicos" que cada día salen a ponerle el cuerpo, soñando y no perdiendo las esperanzas de un futuro mejor en una Argentina golpeada.

Golpeada por un grupo de inconscientes enamorados de una época que no puede volver nunca más.

Golpeada por Derechos Humanos que sólo existen en sus mentes atrofiadas. Golpeada por tantas injusticias.

Hoy nos duele mucho ver nuevamente familias destruidas porque les falta un integrante, nos duele mucho ver que volvieron, como en aquella época, las marchas por inseguridad en nuestra ciudad, nos duele ver que aún así nadie se hace cargo cuando son los responsables, sin ninguna duda. 

Duele, y duele mucho, y es un dolor que es para siempre, pero que como vivimos está a la vuelta de la esquina. Mañana podes ser vos o uno de los tuyos, por eso te pido que no dejemos nunca de exigir seguridad, que no permitamos que nos quiten a nadie más. 

Este pedido es por Nico, por todos "los Nicos", por todos aquellos que ya no están.